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Hardy Vallejos se gana la vida vendiendo baratijas en los buses del Santiago de 2005. Pero un anuncio del gobierno amenaza con poner fin a su oficio.

Hardy Vallejos se gana la vida vendiendo baratijas en los buses del Santiago de 2005. Pero un anuncio del gobierno anuncia el fin de su oficio. En pocas semanas Hardy y sus colegas se organizan: Más de dos mil inscritos lucharán por conservar su lugar en el nuevo sistema de transportes que se avecina. Incorporan en el camino las armas de la modernidad: Deben tener un uniforme, una imagen corporativa, y aprender a vender ahora demandas gremiales de manera convincente, emotiva y eficiente.